Una vez que empezamos a trepar, no tardaron en llegar las recomendaciones del guía, quien nos enseñó la mejor manera de sacarle provecho a los platos y piñones que traccionan junto a la cadena.
Uno de los secretos es no cruzar demasiado la cadena, es decir, poner un piñón chico con el plato chico o un piñón grande con un plato grande; esto se recomienda para evitar que se corte la transmisión. Otra recomendación es hidratarse permanentemente bebiendo pequeñas cantidades de líquido cada diez o quince minutos.
Ingresamos al sector de
Playa Bonita, desde donde se puede ver la particular costa de canto rodado y a deportistas practicando kayak, windsurf y buceo.
Un kilómetro y medio más adelante, doblamos a la izquierda, ya en la ruta que nos llevaría hasta el
cerro Catedral. Hay que prepararse mental y físicamente, ya que son 6 kilómetros de subida permanente. Es fundamental aquí empezar a utilizar correctamente los cambios que ofrece la
mountain bike.
Cuando quisimos acordarnos, ya estábamos en la base del cerro Catedral y todos sentimos una gran satisfacción por la misión cumplida. Para ese entonces, habíamos recorrido 18 kilómetros.
Luego de algunos festejos y de un merecido descanso, el guía repartió algunas barritas de cereal energizantes y, tras una vuelta por las instalaciones, emprendimos la “retirada”.
Desde el estacionamiento del Catedral pedaleamos hasta el centro de Bariloche, pero a un kilómetro de salir, nuevamente nos desviamos por un sendero de montaña y comenzamos a internarnos en el bosque, todo en bajada.
“Hay que tirar el cuerpo bien hacia atrás y bajar la cola todo lo que se pueda para bajar el centro de gravedad, además de ir parado sobre los pedalines, siempre con los pies a la par “, dijo el guía una y otra vez, y todos hicimos caso.
La marcha se reinició con hermosos paisajes y vistas panorámicas, y pronto estuvimos en la costa del lago Gutiérrez. Allí tomamos un pequeño descanso y luego continuamos la excursión hacia la
Virgen de las Nieves, un lugar donde se practica escalada en roca y
rappel.
Unos metros más adelante, se cruza un puente de madera y después nos “subimos” a la ruta nuevamente para llegar en minutos más y por un camino de bajada hasta el centro de Bariloche, por la calle Mitre.
En este punto, tomamos el último y merecido descanso tras haber hecho, según los datos de la computadora de la bicicleta, 45 kilómetros en unas tres horas y media, a un promedio de velocidad de 15 km/h y con picos de velocidad máxima de 55 km/h en las bajadas.
Ahora sí, a elongar bien los músculos para no sufrir las consecuencias al día siguiente.