Mas allá del horizonte

Realizamos una entretenida caminata hasta el cerro de la Virgen. En su cima, obtuvimos una atractiva panorámica de toda la región. Sobre el horizonte encontramos la firme silueta del cerro Champaquí, todo nevado.

La lluvia que cayó durante la madrugada me convenció de que podía remolonear un ratito más de lo pensado. Las tibias sábanas del hotel Howard Johnson estaban demasiado suaves como para no aprovecharlas. Luego de hacer fiaca hasta más no poder, decidí que lo mejor sería levantarme y ver qué podría hacer en el, hasta entonces, día gris.

Una deliciosa ducha caliente terminó por despabilarme. Desayuné y salí del hotel a pie. La lluvia había cesado y unos rayos de sol comenzaron a asomarse tímidamente. Era domingo. Mientras recorría sus calles, observé cómo se despierta la villa.


Con rumbo al centro de , mientras bordeaba la ruta provincial 5, encontré el camino de acceso al cerro de la Virgen, famoso lugar de peregrinación durante el mes de agosto y donde se efectúa una emotiva bajada de antorchas el primero de enero de cada año.

  • Una atractiva panorámica de toda la región

    Una atractiva panorámica de toda la región

  • Una imagen de la Virgencita del Valle

    Una imagen de la Virgencita del Valle

  • Una atractiva vista de Villa General Belgrano

    Una atractiva vista de Villa General Belgrano

  • El cerro Champaquí, todo nevado

    El cerro Champaquí, todo nevado

Como las nubes ya no eran tan amenazantes, y a decir verdad el día parecía despejarse, decidí tomar el camino hacia la cima. Caminar es un ejercicio completo, donde se mueven todos los músculos del cuerpo y es bueno para el corazón. Además es una de la cosas que más me gusta hacer, sobre todo cuando el sendero a recorrer promete una vista panorámica.

Ni bien se cruza la tranquera, es importante dirigirse hacia la derecha hasta encontrar la subida.

Comencé a transitar el sendero. Al principio es bastante empinado, pero presenta diferentes descansos para recobrar el aire.

A medida que avanzaba, la panorámica se fue agrandando, robando toda mi atención. El sol se apoderó del cielo y, como por arte de magia, corrió a las nubes plomizas hacia un extremo, dejando gran parte del firmamento despejado.

El sendero estaba compuesto por rocas del período precámbrico, en su mayoría, a base de cuarzo, feldespatos y mica.

Luego de tres cuartos de hora de una intensa caminata, llegué a la cima del cerro. Allí, me encontré con una imagen de la Virgencita del Valle. Desde ese lugar, obtuve una atractiva vista de Villa General Belgrano. Entre los rojizos techos de tejas, resaltaba la torre del salón de eventos municipal con su particular forma, que se asemeja a la de los libros de cuentos de caballeros, doncellas y dragones. También observé todo el cordón montañoso de las Sierras Grandes y me sorprendió encontrar todo nevado. El cerro Champaquí, con su imponente silueta, parecía vigilar la delgada línea del horizonte, que se perdía en la lejanía. Además, sobre el sector derecho, observé el espejo de agua que forma el dique Los Molinos. Una verdadera postal.

Luego de unos instantes, mientras una leve brisa se animaba a jugar con los matorrales de romerillo generando un fresco aroma a plantas silvestres, decidí abandonar la visual, retornando una vez más, como todas la veces, a la pequeña gran ciudad.

Autor Marcelo Sola Fotografo Marcelo Sola

DificultadDificultad: Baja
DuraciónDuración: 1,30 hora
Cómo llegarCómo llegar: La caminata comienza partiendo desde la tranquera que indica el acceso al cerro, a 100 metros de la estación de servicio YPF ubicada en la ruta provincial 5, que circula frente a Villa General Belgrano.