El Museo Marítimo y la cárcel del fin del mundo

La ciudad de Ushuaia ha crecido en torno al mar, pero bajo la mirada atenta del presidio. Ambos museos, el Marítimo y del Presidio, guardan el testimonio del paso del tiempo.

Frente a la bahía y dentro del predio de la Armada Argentina, el edificio que alberga el Museo Naval fue sede del Presidio de Reincidentes, declarado Monumento Histórico Nacional en 1997 por el Congreso de la Nación y vivo testigo de los orígenes de la ciudad de Ushuaia.

Actualmente, la institución es dirigida por una asociación civil sin fines de lucro y, con ayuda de la municipalidad y de la Armada, mantiene abierta sus puertas a los visitantes que deseen conocer más sobre la historia de la ciudad.

En el ingreso al museo, se entrega un folleto explicativo con breves instrucciones sobre la localización de las diferentes salas. Se aconseja especialmente las visitas guiadas. Mientras esperan el comienzo de dichas visitas, las personas pueden recorrer las primeras salas, todas dedicadas al pasado naval de Tierra del Fuego. Como con el resto de las islas australes, su crecimiento ha estado amarrado al mar, su única vía de comunicación con el continente hasta el año 1948.

  • El testimonio del paso del tiempo

    El testimonio del paso del tiempo

  • Dentro del predio de la Armada Argentina

    Dentro del predio de la Armada Argentina

  • Rompehielos ARA Almirante Irízar

    Rompehielos ARA Almirante Irízar

  • Beagle de Fitz Roy

    Beagle de Fitz Roy

  • La cárcel del fin del mundo

    La cárcel del fin del mundo

  • 5 pabellones y con 380 celdas

    5 pabellones y con 380 celdas

  • El presidio albergó personajes famosos

    El presidio albergó personajes famosos


La isla, los hombres, el mar

En el año 1520, Hernando de Magallanes surcaba estos mares a bordo de una carraca, embarcación de origen portugués que precedió a las carabelas, por lo que la exploración de estas tierras australes se remonta casi al descubrimiento del resto del continente. Una maqueta en escala 1:100 de esta embarcación, la carraca Trinidad, inicia el recorrido del resto de maquetas que muestran el paso de los hombres de mar a través de cinco siglos.

Si bien el paso que unía los dos océanos figuraba en el globo terráqueo de Johan Schöner en 1515 y en la carta de “Lopo Homen” fechada en 1519, fue Magallanes quien navegó por primera vez por el estrecho y quien le dio el nombre de Tierra de los Fuegos a estos parajes. A partir de ese momento, las salas cuentan la historia de los navegantes que se atrevieron a cruzar el estrecho para completar la vuelta al mundo, como los famosos piratas Francis Drake, Thomas Cavendish y Oliver van Noort. Luego la historia continúa con las distintas proezas marinas de españoles, franceses, holandeses e ingleses que buscaban nuevas rutas. Todas las historias coinciden en dos puntos: la rigurosidad del clima y la dureza del mar. Basta con echarle un ojo a la carta de naufragios de los alrededores de la isla de Tierra del Fuego para tener una idea de lo que enfrentaban estos hombres temerarios.

Las maquetas se multiplican y junto al Beagle de Fitz Roy se encuenta el bergatín Espora del navegante argentino Luis Piedra Buena, los veleros de Gardiner utilizados por los misioneros anglicanos, el famoso Fram que llevó a Amundsen al polo Sur, etc. Más allá, las salas dedicadas a la fragata Sarmiento y al naufragio del Monte Cervantes esperan al visitante con fotos y objetos recuperados.

El Museo Marítimo también le dedica un espacio a la reproducción de las canoas usadas por los pueblos originarios de la isla, como las de la comunidad yámana, que vivía conectada al mar.

Finalmente, la historia del buque 1 de Mayo, de la Armada Argentina, conduce al visitante al otro museo, el del presidio, ya que esta fue la embarcación encargada de transportar a los primeros presos en 1896.


Recluidos en el fin del mundo

El guía comienza la visita guiada contando la historia de la Isla de los Estados, el faro San Juan de Salvamento y Puerto Cook, donde se asentó el presidio en el año 1896. Finalmente, el presidio fue trasladado a Ushuaia en 1902 debido a la inclemencia del lugar y a las precarias condiciones que se vivían en ese sitio. Con las casillas de chapa y madera traídas de la isla, un grupo de 40 presos voluntarios, entre hombres y mujeres, se instalaron en Puerto Golondrina. En el mismo año, los penados comenzaron con la construcción del edificio con estructura de semipanóptico, divido en 5 pabellones y con 380 celdas unipersonales que llegaron a alojar 600 convictos.

En el año 1911 el presidio se unificó con la cárcel de reincidentes, donde al ingresar a los condenados se les cambiaba el nombre por un número. El presidio albergó personajes famosos como el múltiple homicida Mateo Vans, llamado “el Místico”, Cayetano Santos Godino, más conocido como “el Petiso Orejudo”, o el anarquista Simon Radowitsky. Tiempo más tarde, la cárcel comenzó a alojar a los confinados políticos, como el escritor Ricardo Rojas y los mentores de la revolución del ’55. Los muros del presidio también cobijan otras historias, como la que cuenta que Carlos Gardel pasó una temporada tras sus rejas.

En el interior de la cárcel, además de una severa disciplina, se imponía la enseñanza primaria y el trabajo retribuido a través de 30 sectores laborales, algunos de ellos fuera del edificio, como la explotación forestal que se realizaba en los bosques a los que los reclusos llegaban en tren desde el centro de la ciudad.

Con el trabajo de los presos en los talleres se cubrieron todas las necesidades de la ciudad. Los reclusos construyeron las calles, los puentes y los edificios públicos, mientras que en el presidio funcionó la primera imprenta, el teléfono, la electricidad y otros servicios.

La visita guiada continúa a través del pabellón 4, desde el cual se accede a la rotonda, para ingresar al pabellón histórico, el número 1. Este sitio se utiliza hoy en día para conferencias y eventos culturales, además de que en él converge el pabellón 2, donde se encuentran la biblioteca y la galería de arte, como también la panadería y el resto de las áreas.

Finalizada la visita guiada, el guía invita al visitante a conocer la réplica del faro de San Juan de Salvamento, ubicado en el exterior del edificio. Otros deciden seguir explorando el museo, como la planta alta del pabellón 4, donde funciona el Museo Antártico.

La cárcel del fin del mundo y el Museo Marítimo son la mejor forma de conocer la historia de la ciudad. Después de recorrerlos, al visitante le queda en claro que poblar la Patagonia austral era una osada aventura.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Jorge González

Contacto de la excursión o paseo


Ex Presidio y Museo Marítimo

Yaganes y Gobernador Paz. (9410) Ushuaia, Tierra del Fuego

Tel: +54 2901-437481

DuraciónDuración: Minima 1hora. Se aconseja 2 horas.
HorarioHorario: Abierto todos los días de 16:00 a 20:00 hs.
Acceso al museo hasta las 19:30 hs

Feriados consultar al +54 2901 437481
*Visitas guiadas temporalmente suspendidas
Visitas guiadas todos los días en español
Diciembre a Febrero: 11:30; 16:30 y 18:30hs
Marzo a Noviembre: 11:30 y 18:30hs

Ubicación

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