Con un nuevo concepto de termalismo, Cacheuta se asocia a un lugar de entretenimiento, donde las aguas de manantial producen un bienestar físico relajante.
Las Termas Cacheuta están ubicadas en una zona cordillerana cercana a Mendoza capital, dentro de un paisaje espléndido que se disfruta aun antes de llegar. El río Mendoza corre encajonado entre rocas inmensas y le agrega encanto al paisaje.
Ingresamos al lugar y consultamos acerca de sus propiedades y cómo desenvolvernos en el complejo. Las piletas se encuentran con temperaturas que van de los 25 a 50 grados y los minerales disueltos en ellas son los que realizan un masaje corporal reconfortante. Los espacios de esparcimiento tanto en su Parque de Agua como en el Hotel & Spa se renuevan constantemente, aunque se aprovechan de forma diferente.
En el primero, todo está preparado para pasar un día súper divertido y en familia en un lugar muy amplio que permite que haya mucha gente sin casi molestarse entre sí. Las piletas con agua más cálida se encuentran en la parte alta y a medida que se desciende hacia la zona del río, están más templadas.
Los sectores están unidos entre sí con jardines en desnivel y escaleras de piedra y parecen formar parte del paisaje. Como parte del juego, nos deslizamos por los toboganes que conectan algunas piscinas entre sí y saltamos las olas que se producen en forma mecánica dentro del agua; muchos las utilizan para hacer ejercicio de piernas. Aprovechar los hidromasajes, tomar sol y compartir el sector de quinchos con parrillas y mesas para el almuerzo es parte de un día de total descanso.
A pocos metros de allí, en un espacio un poco más escondido y exclusivo, conocimos el hotel y spa. Rodeado por una naturaleza similar y con la misma calidad de agua, cuenta con piletas en el exterior e interior del edificio, y jardines muy cuidados con reposeras para un descanso de cara a la montaña. Todo ello se complementa con prestaciones que brindan bienestar físico y espiritual.
Termas de Cacheuta tiene historia, ya que a inicios del 1900 un hotel con gran cantidad de habitaciones ofrecía el uso de las aguas termales con criterio terapéutico o curativo, en el mismo lugar que el actual. De esa época han quedado fotos fantásticas que muestran el movimiento que originaba ese edificio y que años después fue destruido por un aluvión.
El entorno natural es uno de los mejores aliados de ambos complejos, a los que se añaden las caminatas y algunos deportes de aventura para quienes buscan adrenalina. La práctica de tirolesa, rappel y rafting se efectúan en las cercanías. Para este último, se aprovecha la fuerza del agua de una central eléctrica río Mendoza arriba, que le da mayor emoción a la bajada.
La montaña cobija ambos sectores termales y en pleno invierno debe ser acogedor meterse en una de las piletas interiores mientras afuera el frío se hace sentir. Es de agradecer que lo termal está volviendo a las fuentes; solo tenemos que cuidar lo que la naturaleza nos tiene previsto.
Mónica Pons
Eduardo Epifanio
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