Historia de Mendoza

Mendoza, la tierra del buen vino.

A la llegada de los españoles, el territorio mendocino estaba ocupado por los indios Huarpes, en el Valle de Uco, Norte y Noroeste, los Incas en Uspallata y el Valle del río Mendoza y los Puelches al sur del río Mendoza. Más tarde, entre los siglos XVIII y XIX, se incorporan los Pehuenches especialmente en el departamento de Malargüe.
Los Huarpes se destacan, porque habían desarrollado una red de canales de riego en el valle de Huentota (hoy ciudad de Mendoza), que les permitía cultivar papa y maíz.
Los españoles se encontraron con este ingenioso sistema, al que posteriormente llamaron "Dique de la Toma de los españoles".

Los Huarpes eran un pueblo pacífico, sedentario y agricultor. Vestían utilizando dos mantas: una que, desde la cintura llegaba hasta las rodillas y otra sobre los hombros que se ajustaba al pecho, sujetada por delante con una espina de cactácea. Algunas mujeres adornaban sus prendas con pieles de guanaco que ataban a los hombros o ceñían a la cintura. También se adornaban con largos collares.

El 2 de marzo de 1561, Pedro del Castillo funda la ciudad y la bautiza con el nombre de Mendoza en homenaje al gobernador de Chile, Don García Hurtado de Mendoza.
Una nueva expedición al mando del capitán Juan Jufré, intenta eliminar lo hecho por Del Castillo y traslada la ciudad a la margen izquierda a "dos tiros de arcabuz" al S.O., el 28 de marzo de 1562, por encontrar el lugar más competente y rebautiza a la ciudad con el nombre de "Resurrección - Provincia de Huarpes". Sin embargo el tiempo y los hechos fueron superados respetando el nombre de Mendoza.

Fue difícil el arraigo de los españoles al lugar, quienes generalmente residían en Chile, llegando al extremo de quedar 12 españoles a los 4 años de haberse fundado Mendoza.
El gobernador de Chile tomó medidas drásticas, tales como quitar los fondos a los "encomenderos" que no se radicaban y con ello fue aumentando el asentamiento y la población en el año 1600 ascendió a unos 80 pobladores españoles.

La buena disposición y mansedumbre de los indios hizo posible que los encomenderos se afianzaran, pero algunos españoles trasladaban los indios a Chile, con lo que fue afectándose la mano de obra india, lo que motivó su reemplazo con esclavos.

A dos años de la fundación, el Cabildo recibe la atribución de repartir las tierras.

Surgen de este modo las primeras chacras y huertas ubicadas en torno al casco de la ciudad.

A partir de entonces y durante el siglo XVII, comienzan a darse los pasos de la labor evangelizadora y cultural de los Jesuitas, y en el siglo siguiente tendrá lugar toda una serie de cambios político-administrativos que afectarán al desarrollo de la región.

La producción agrícola que cronistas y viajeros han consignado en el siglo XVI, continúa su desarrollo en los siglos XVII y XVIII.


Hemos señalado el origen de la agricultura en las primitivas chacras y huertas regadas por las acequias indígenas. A medida que se extienden los cultivos, se trazan nuevos cauces de riego, a tal punto que a mediados del siglo XVIII existen ochenta y tres , derivados de los ríos Mendoza y Tunuyán.

En 1776 con la creación del Virreinato del Río de la Plata, se modifica la estructura política y en el año 1783 Cuyo pasa a ser parte de la Gobernación de Córdoba del Tucumán, designándose como gobernador intendente al Marqués de Sobremonte.

Es recién en el año 1788 que pudo concretarse una obra sobre río para riego.

La población agrícola-ganadera da origen a una importante actividad industrial. Vinos, aguardientes, frutas desecadas, harina y aceite constituyen los renglones principales derivados de la agricultura.

A principios del siglo XVIII, Mendoza progresaba en su comercio con otras provincias. Vino, aguardiente y aceitunas eran llevadas a Buenos Aires. Por aquellos años el transporte comercial se realizaba con carretas de madera, cubiertas con toldos de cuero y quinchas de totora o paja.

En 1813 se creó la gobernación de Cuyo y el general José de San Martín asumió el cargo de Gobernador.

En Mendoza, en el Siglo XIX., se efectuaron los preparativos para la gesta libertadora del General José de San Martín, que finalmente lograría la independencia con respecto a España, brindando una mayor autonomía.

En enero de 1817 San Martín dejó Mendoza y partió al frente de su ejército para emprender el cruce de la cordillera y liberar a Chile y a Perú.

Destruida por el terremoto del 20 de marzo de 1861, fue reconstruida, convirtiéndose en el curso de los siguientes cien años en metrópoli regional de Cuyo, con amplio desarrollo en el comercio, las industrias, las finanzas y la cultura.


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