La ciudad de Mendoza ofrece opciones para todos los gustos: un casco urbano muy completo y, a pocos kilómetros, en la zona de Vistalba, la posibilidad de disfrutar de una estadía mucho más relajada y natural. Ideal para todos.
A tan sólo 20 kilómetros del movimiento incesante de la ciudad de Mendoza, los turistas pueden optar por el contacto directo con la naturaleza. Es que en dirección sudoeste, dentro del departamento de Luján de Cuyo, se encuentra la cada vez más demandada zona de Vistalba.
Se trata de un sector de viñedos donde están instaladas las más importantes y renombradas bodegas de la provincia. Aquí, los turistas encuentran un clima completamente distinto, ya que la temperatura desciende allí unos cinco grados. En nuestro caso, nos hospedamos en Lodge Vistalba y tuvimos que recurrir a las frazadas para abrigarnos un poco por la noche.
La vista allí también es diferente a la de la ciudad. Los eternos picos nevados, como el Cordón del Plata o el cerro Tupungato, aportan la belleza inigualable que sólo puede ofrecer la cordillera de los Andes.
Los atardeceres, con el sol cayendo detrás de las montañas, son un festival para los sentidos que se renueva diariamente. Manzanos, perales, durazneros, nogales son algunos de los árboles que se ven por doquier. Es posible recoger los frutos caídos y ya maduros, listos para ser saboreados o “para preparar mermeladas exquisitas y naturales”, comenta la Lic. en Bromatología Florencia Lienaux, dueña del lodge.
Asimismo, en todo Luján de Cuyo hay muchos restaurantes con menúes diversos para que los visitantes disfruten de reparadoras cenas sin la necesidad de ir a la ciudad capital.
Alojarse en la city
La capital mendocina es un lugar imperdible para cualquiera. Su escenografía reúne los elementos más disímiles, que la convierten en una ciudad única en la que las variantes de alojamientos pueden satisfacer las demandas de todos los gustos, incluso de los más exigentes.
Ya instalados en la gran ciudad, nos alojamos en el Apart Vendimia. Tiene una excelente ubicación y una piscina para refrescarse luego de cada excursión. Queríamos observar la diferencia entre el relax y el silencio de Vistalba y los sonidos y movimientos que tiene toda gran urbe, en este caso Mendoza. Y lo logramos.
Para recorrer la ciudad mendocina todos los vehículos son adecuados: el auto, la bicicleta y también los pies. El turista puede adentrarse en el pasado colonial visitando su Área Fundacional, compuesta por el museo, las ruinas franciscanas y la plaza Pedro del Castillo.
Un respiro para todos
El parque General San Martín, diseñado por el paisajista francés Carlos Thays, es otro de los sitios que no se puede dejar de visitar. Para los amantes del universo animal, en el parque también se encuentra un muy completo zoológico, cuyo recorrido demanda casi dos horas. El estadio mundialista de fútbol Malvinas Argentinas, la ciudad universitaria, el teatro griego y, por supuesto, subiendo por el Cerro de la Gloria, el monumento en homenaje al Ejército de los Andes constituyen los demás atractivos de este paseo sensacional.
En el microcentro de la ciudad se encuentran el centenario Teatro Municipal y el moderno Hotel Hyatt, con su casino y sus terrazas que miran a la Plaza Independencia, un gran espacio verde que cuenta, a su vez, con un museo, una fuente maravillosa y un tradicional paseo artesanal.
La Arístides, la más “joven”
Desde la plaza, en dirección este, está la calle peatonal Sarmiento, una muy bella arteria que conjuga casas de ropa de primeras marcas con bares que invitan a sentarse para saborear un café y mirar a la gente que camina despreocupada.
Por la noche, la ciudad mantiene su atractivo. Tanto las avenidas Colón como Belgrano ofrecen una enorme y variada propuesta gastronómica de primer nivel para las familias, mientras que Arístides Villanueva está reservada para los más jóvenes, que cada noche colman sus pubs y pizzerías.
Un sitio muy bonito es la antigua estación del ferrocarril General San Martín, ubicada en la intersección de las avenidas Belgrano y Las Heras. Como los trenes que llegaban y partían hacia Buenos Aires dejaron de funcionar en 1994, en un viejo vagón reciclado se exponen obras de arte mientras los carteles y andenes mantienen la fisonomía propia de las estaciones de antaño.
Otras opciones: Providencia y Exclusive Garden y Versalles.