El cementerio de la Recoleta

El cementerio de la Recoleta concentra prestigiosas obras de arte y arquitectura erigidas en homenaje a familias tradicionales e ilustres personajes de la historia argentina, que yacen allí.

Nos habían comentado mucho acerca del cementerio de La Recoleta y nos preguntamos: ¿qué puede tener de placentero recorrer un lugar de ese estilo ubicado en plena ciudad? Decidimos contestar esa pregunta después de conocerlo.

Ingresamos y nos sumamos a un grupo de personas para iniciar un recorrido guiado. Escuchamos voces extranjeras entre ellos y supimos que las principales guías turísticas del mundo sugieren visitar el cementerio.

Situado al lado de la iglesia Nuestra Señora del Pilar, era en sus inicios el lugar de descanso final de los sacerdotes de la orden de los Monjes Recoletos. De allí tomó su nombre y posteriormente figuras relevantes de la ciudad fueron enterradas en el lugar.

  • Altas columnas dóricas

    Altas columnas dóricas

  • Ni miedo, ni tristeza, ni fantasmas

    Ni miedo, ni tristeza, ni fantasmas

  • El metal y la piedra se repetían aquí y allá

    El metal y la piedra se repetían aquí y allá

  • Descubriendo su historia

    Descubriendo su historia

  • Un recuerdo afectuoso y respetuoso

    Un recuerdo afectuoso y respetuoso

  • Ángeles se recortan en el cielo

    Ángeles se recortan en el cielo

Abierto en 1822, se inició como un cementerio católico apostólico romano. Luego se secularizó y recibe a personas de distintos cultos o religiones; aún se mantiene activo y alberga casi 5.000 almas.

Notamos que las calles interiores eran angostas y que el sol hacía juegos malabares para estar presente en todas ellas. Formaban una trama junto a las avenidas y diagonales más anchas donde las rotondas con monumentos importantes hacen de eje en los distintos circuitos.

Una vista general de las bóvedas nos hizo verlas como “habitaciones” con importantes materiales de construcción, bien cuidadas por dentro y por fuera. El mármol blanco o negro, el metal y la piedra se repetían aquí y allá.

Al levantar la vista conocimos lo más bonito de cada una de ellas: cúpulas con figuras religiosas (cruces, santos, ángeles) que se recortan en el cielo o sobre los altos edificios del barrio y le otorgan magnificencia a las esculturas.


Espacio de preferencia

A medida que avanzábamos, fuimos descubriendo su historia. Los Ciudadanos Meritorios tenían su espacio en un sector cercano a la entrada, el más espacioso y antiguo. Allí descansan Cornelio Saavedra, Marcos Balcarce, Juan Andrés de la Peña y Guillermo Brown, entre otros.

Imposible describir todo lo que nos contaron en estos pocos renglones. A medida que recibíamos información, nos fuimos maravillando con las historias de este campo santo. En él residen presidentes, premios Nobel, políticos y escritores. Infinidad de libros y poemas han guardado frases célebres sobre detalles de sus enigmas e historias fantásticas.

Cada bóveda fue construida de acuerdo al gusto y las posibilidades de la familia propietaria. Prevalecen el estilo art nouveau, los vitraux, el arco de medio punto, pero sin orden arquitectónico conductor. Apreciamos obras bellísimas, de gran porte, riqueza de materiales y calidad artística con el sello de famosos escultores nacionales y extranjeros.


Todo tiene una explicación

Observamos la simbología y la presencia de ángeles, intermediarios entre lo terrenal y lo celestial; las hojas de olivo como símbolo de paz; mantos apoyados en jarrones o cruces (tristeza y abandono). Silvia, nuestra guía, nos descifró el significado y fuimos entendiendo un poco más.

Algunas construcciones son copia fiel de otras de los cementerios Père-Lachaise de París o Staglieno de Génova. Familias tradicionales de Buenos Aires, de buen poder adquisitivo, recibían los catálogos de bóvedas y contrataban profesionales y materiales de construcción en Europa.

Puertas adentro de las bóvedas, se veían reclinatorios para orar, manteles blancos con puntillas. Unas escaleras internas angostas llevaban al subsuelo, donde se ubicaron los féretros, fuera de la vista.

Veintiún presidentes de la nación Argentina tienen su bóveda en el cementerio de la Recoleta. Algunas tienen monumentos de lujo, de acuerdo a la época. Silvia nos hizo una reseña de su vida y de su muerte, detalles alguna vez aprendidos en la escuela, que fue impactante rememorar.

Destacamos las diferencias entre el conjunto arquitectónico del presidente Carlos Pellegrini, fallecido en el año 1906, y la bóveda de estilo minimalista del presidente Raúl Alfonsín, muerto en el año 2009. Distintas épocas y marcos históricos.

El perteneciente al Dr. Pellegrini era impresionante: su figura y la de la República, de gran presencia, fueron esculpidas en el mármol junto a otros bajorrelieves. En cambio, la bóveda del Dr. Alfonsín estaba despojada de adornos; sólo un vitral de colores en forma de cruz en el techo iluminaba el espacio.

No sentimos ningún reparo por lo que estábamos viendo y escuchando. Ni miedo, ni tristeza, ni fantasmas.

“La bóveda de la familia Duarte, que guarda el cuerpo de la señora María Eva Duarte de Perón, es la más visitada y sobre la cual más preguntas recibo y contesto”, fue la respuesta de Silvia cuando consultamos sobre el tema.

“Siempre hay flores y visitantes en fechas importantes de esta figura fuerte y enigmática de la historia argentina, que trascendió fronteras”, agregó.

Recoleta alberga muchas historias comunes, algunas melancólicas y bellos epitafios. No faltan los mitos y leyendas que incluyen muertes trágicas de figuras jóvenes, que han quedado plasmadas en imponentes estatuas.


Dejando atrás la tristeza

Ya atardecía y la cúpula de la iglesia del Pilar nos brindó sus brillantes torres decoradas de celeste. Parecía bendecir a los yacentes del cementerio y daba la nota de color al predio.

Charlamos un poco más con Silvia y nos agradó saber que muchos argentinos van descubriendo de a poco este cementerio tan porteño. Supimos, por ejemplo, que los estudiantes de arte y arquitectura lo visitan como parte de sus clases prácticas.

En nuestro caso, le dedicamos sólo dos horas. Lleva mucho más tiempo entender cada homenaje, las creencias religiosas, el poder adquisitivo y la posición que se tenía ante la muerte en cada época.

Encaramos lentamente nuestros pasos hacia la puerta de salida mientras unas tenues luces amarillas se iban prendiendo para iluminar las calles durante la noche.

Dejamos atrás nuestro recelo y sentimos que el cementerio de la Recoleta tenía más que ver con el recuerdo afectuoso y respetuoso de los que ya no están que con la muerte misma. Dimos por contestado nuestro interrogante inicial.

Autor Mónica Pons Fotografo Eduardo Epifanio

Contacto de la excursión o paseo


Cementerio de la Recoleta

Junín 1760 () Ciudad de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires

Tel: +54 11-48031594


Ente de Turismo de la Ciudad Autónoma de Bs.As.

() Ciudad de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires

Tel: +54 0800-9992838

HorarioHorario: Abierto de 7 a 18 horas todos los días del año.
Visitas guiadas gratuitas (consultar horarios e idiomas).

Ubicación

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