“Volar” es sin duda una de las respuestas que más se escucha cuando se le pregunta a alguien qué querría hacer en otra vida, pero ¿por qué esperar a otra vida cuando se lo puede lograr en esta?
Gracias a esta filosofía de vida, Tinogasta se ha convertido en los últimos años en una meca del parapente y el aladeltismo en que hoy es posible comenzar a familiarizarse con este mundo mágico de velas, alas, térmicas y, sobre todo, plumas. Hay desde gran cantidad de jóvenes que han realizado sus cursos de instrucción y vuelan solos hasta instructores que realizan vuelos tándem para que los visitantes no dejen de volar por estos cielos durante su estadía.
Aventura en tierra firme Pero Tinogasta también es ideal para aquellos aventureros que tienen la cabeza en tierra firme y que pretenden disfrutar de la naturaleza sin mareos ni raros movimientos como los que ocurren en el aire.
El sandboard es una de las actividades preferidas por los jóvenes que se acercan a los grandes médanos de arena blanca que rodean a la bella ciudad. Junto a estos, desde las grandes rocas es posible practicar escalada, rappel y tirolesa, entre otras actividades.
La pesca deportiva de truchas es también una de las actividades que más se practican en los ríos y arroyos de la región, sobre todo en aquellos que se encuentran cercanos al paso San Francisco. Allí, la pesca con mosca gana protagonismo y se logran truchas que superan holgadamente el kilogramo de peso y que muestran una bravura desbordante a la hora de ser clavadas, ya que jamás han tenido contacto con el hombre.
Otra de las actividades que se ha impuesto entre los visitantes es el turismo minero. Consiste en visitar viejas minas, muchas de ellas abandonadas, para bajar hacia las profundidades en busca de los minerales que allí nos están esperando, recreando así el trabajo de los viejos mineros.
4x4, avistaje de fauna, canotaje, cacerías fotográficas,
cabalgatas y un sinnúmero de actividades en contacto con la madre naturaleza esperan al turista que visita Tinogasta. Quizá por ello, desde hace un tiempo palabras como “aventura” y “adrenalina” sirven en
toda Catamarca para referirse a esta pequeña pero interesante ciudad que cada vez tiene más para mostrar y hacer.