Camping Chuqui-cué en Herradura

El entorno formoseño ofrece esta experiencia inolvidable que revela particularidades del hábitat subtropical colmado de naturaleza. Ganas de mimetizarse con el medio ambiente para sentirse parte del mismo...

Si pasa por las inmediaciones de Herradura, no se sorprenda si ve gente caminando con paraguas abiertos y no llueve. Lo que ocurre es que los rayos solares caen perpendiculares sobre la tierra, y la mejor manera de protegerse de ellos es utilizando esta especie de sombrillas de mano.

En este lugar, ubicado a 44 km al sudeste de la capital formoseña, fue donde decidimos acampar para sentir los sonidos que la naturaleza encierra en el corazón mismo de las selvas en galería.

Como las alimañas abundan en el sector, resolvimos armar nuestra carpa en el camping Chuqui-cué, que por la limpieza y el orden de su parque, disminuía considerablemente la posibilidad de encontrarnos con ellas.
Chuqui-cué se encuentra a la vera de la laguna que por su forma –de herradura– le da el nombre a la localidad. Miriam y Daniel –dueños del predio– nos recibieron con gaseosas bien heladas para que “apagáramos” el calor sofocante que sentíamos en el cuerpo, cosa que, además de resultar reparadora, nos hizo dar cuenta que la cordialidad formoseña se encuentra en todas partes.

  • Ubicado a 44 km al sudeste de la capital formoseña

    Ubicado a 44 km al sudeste de la capital formoseña

  • A la vera de la laguna

    A la vera de la laguna

  • Una infraestructura de 15 has.

    Una infraestructura de 15 has.

  • Otra postal imposible de perder

    Otra postal imposible de perder

Una leve brisa nos invitó a sentarnos junto a ellos y a ponernos a conversar sobre el camping, las plantas, los animales de la granja y su historia. “Cansados de la vorágine diaria, del trajín de la ciudad y de los teléfonos celulares, un día dijimos “basta”, vendimos todo y nos vinimos para Herradura”– nos relata Miriam, mientras que su rostro autoconvencido delata que esa decisión fue una de las más acertadas de sus vidas.

Años atrás, esta zona ya había recibido un asentamiento poblacional a través de una misión jesuítica denominada Misión del Timbó, fundada en 1763 por el padre Martín Dobrizhóffer y habitada por los abipones. De allí el nombre del camping, ya que “Chuqui” fue un cacique de la tribu que colaboró intensamente con una de esas misiones.

El complejo turístico cuenta con una infraestructura de 15 has, suficientes para disfrutar de una estadía confortable. El contacto con la naturaleza comienza desde la llegada.

Parrilleros, iluminación, leña, sanitarios, vestuarios, cantina con elaboración de comidas típicas, guardería de lanchas, estacionamiento y una arboleda más que envidiable son algunos de los servicios que hacen de Chuqui-cué un lugar para elegir.

Luego de acampar nos dispusimos a recorrer el amplio predio y realizar un tour botánico, intentando reconocer las especies vegetales diseminadas por todo el lugar. Así encontramos timboes, lapachos, guayacanes, ceibos, laureles y gran cantidad flores, ¡un verdadero paraíso ideal para descansar!

Los jóvenes y no tanto, tienen la oportunidad de jugar al fútbol, al voley, pescar o realizar deportes náuticos en la laguna misma. Para los más pequeños, Chuqui-Cué posee una granja didáctica y educativa colmada de patos, gansos, chanchos, ovejas y gallinas.

Poco a poco fue anocheciendo, el silencio humano se tornó más intenso, mientras que el natural parecía despertar de una larga siesta. Cerrar los ojos y dejar que el sonido de la selva nos invada es una experiencia alucinante. Intentar identificar cada uno de los cantos de las aves nocturnas y de los animales es un juego divertido que a veces nos traiciona haciéndonos pensar que un yaguareté puede estar cerca.

Mas allá de que el complejo posea energía eléctrica, es la luna quien se encarga de iluminar todo el predio. Acordes de guitarras, fogones y voces perdidas en la tibia oscuridad se acallan lentamente hasta la mañana siguiente.

Amanecer observando al naciente desde la costa de Herradura es otra postal imposible de perder. Los anaranjados rayos reflejados sobre las calmas aguas de la laguna incentivan a despertarse cuanto antes para aprovechar al máximo la estadía.

Cabalgatas, paseos en bicicleta y caminatas por el lugar se apoderan del tiempo. Al mediodía, luego de un exquisito surubí con salsa criolla cocinado por Miriam, recogemos nuestras cosas, nos despedimos de los dueños del predio y nos retiramos, no sin antes prometernos regresar, ya que llegamos como clientes, pero nos fuimos como amigos.

Partimos de Herradura rumbo a la capital provincial y lo extraño es que perduraban en nuestro interior, como entes legendarios que invadieron nuestro ser, los ruidos de la naturaleza, esos a los que nosotros llamamos los sonidos de la selva.

Autor Marcelo Sola Fotografo Marcelo Sola

Cómo llegarCómo llegar: “Cuchi-cué” Camping - Granja. 3601 Herradura. Formosa. Argentina.
54-3717-15680732 / 15675702
Está situado en la localidad de Herradura, a 44 km de Formosa Capital. Se accede primero por la Ruta Nac. Nº 11, luego por la Ruta Pcial. Nº 1 y por último se debe empalmar el camino vecinal.
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