Paso a paso por Buenos Aires

Recorrer una ciudad caminando brinda el incomparable placer del vagabundear y permite explorar todo el universo en sus calles.

Tanto la Buenos Aires turística como la vida cotidiana de sus habitantes pueden descubrirse en un tour a pie que comprende los barrios porteños de Monserrat, San Nicolás, San Telmo, La Boca y Recoleta, una muestra bastante representativa de la diversidad que encierra la capital argentina.

El trayecto comenzó en Monserrat, en la esquina de Rivadavia y Callao, donde se encuentra el Congreso Nacional. Los amantes de la arquitectura hallan en esta construcción del año 1906 uno de los ejemplos más refinados de la edificación porteña, destacándose en ella las estatuas que adornan el exterior y su cúpula de 65 metros de altura.

Frente a la sede del Poder Legislativo de la Nación, y en dirección al Río de la Plata, se encuentra la Plaza del Congreso y el monumento a los Dos Congresos, erigido en conmemoración de la Asamblea General Constituyente de 1813 y el Congreso de Tucumán de 1816.

  • Calle Florida

    Calle Florida

  • Barrio de San Telmo

    Barrio de San Telmo

  • Explorar todo el universo en sus calles

    Explorar todo el universo en sus calles

  • La Boca

    La Boca

  • Recoleta

    Recoleta

La plaza ocupa prácticamente tres manzanas y al cruzarla llegamos al final de la Avenida de Mayo, de neta influencia hispánica. Con sólo transitar una de sus cuadras observamos su estilo señorial, en el que sobresalen el Palacio Barolo y la Inmobiliaria, con sus dos cúpulas de color azafrán.

Luego de estos pasos iniciales, el subterráneo de la línea A, caracterizado por sus pintorescos vagones de madera, fue el medio escogido para ir hasta la Plaza de Mayo. Este histórico lugar, cuyo centro es ocupado por la Pirámide de Mayo, ha sido testigo desde 1810 de diversas expresiones populares y está rodeado por importantes edificios como la Casa de Gobierno, también llamada Casa Rosada, el Cabildo, el Palacio de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Catedral Metropolitana. En diagonal a la Pirámide, mirando hacia la Avenida Roque Sáenz Peña, descubrimos en la lejanía al Obelisco, el símbolo porteño por excelencia. La hora del mediodía nos permitió ver el tradicional Cambio de Guardia que realizan los Granaderos, avanzando a paso firme desde la Casa Rosada hasta el interior de la Catedral, donde se encuentra el mausoleo del General José de San Martín.

Tras visitar el imponente templo católico, Ariel, nuestro guía, nos condujo hacia la zona sur de la Capital. Tomamos la calle Defensa hacia el tercer destino que incluye el tour, nada menos que San Telmo. Las anchas avenidas daban paso a pasajes más estrechos, y a medida que avanzábamos los adoquines reemplazaban al asfalto, dando inicio a un ritmo de vida más apacible y bohemio. Al ser el barrio más antiguo de Buenos Aires, San Telmo evoca irremediablemente el tango, las historias de compadritos, y llama a la nostalgia. Después de caminar diez cuadras desde la Plaza de Mayo llegamos a Plaza Dorrego, un paraíso de anticuarios. Nada mejor que este sitio para hacer un alto y almorzar al aire libre, mientras escuchábamos los tangos que interpretaba un cantor.

Con la llegada de la tarde, emprendimos la búsqueda de un colectivo que nos acercara al cuarto barrio: “La Boca. Mi Boca, tu Boca…”, gritó el conductor del ómnibus para indicar el final del recorrido de la línea 152. El Riachuelo también daba una clara señal de que nos hallábamos en el barrio nacido de la mano de la inmigración italiana. Tomamos el paseo peatonal Caminito, un desfile de colores intensos donde pintores, músicos y estatuas vivientes ofrecen su arte al turismo.

De los brillantes rojos, verdes, amarillos y anaranjados pasamos al azul y oro en apenas un par de cuadras. “Pateá como `el Diego´”, le decía un hombre a un niño que jugaba a la pelota sobre la calle Garibaldi, pegada a las vías. No había dudas de que nos acercábamos al estadio de fútbol del Club Boca Juniors, donde Diego Maradona se consagró como el mejor futbolista argentino. De repente, todo se tiñó de los colores xeneizes, desde los paredones de la cancha, hasta los conventillos más modestos.

La cara opuesta de este barrio nos esperaba hacia el norte de la ciudad de Buenos Aires. Nuevamente subiríamos a un colectivo para llegar al último punto del tour, Recoleta. Caminamos por la calle Libertad hasta desembocar en un típico rincón parisino: como si la elegante “ciudad luz” se hubiera trasladado a los alrededores de la Plazoleta Carlos Pellegrini. Unos minutos más de marcha y encontramos el corazón de la Recoleta, con sus negocios de primer nivel y sus restaurantes al estilo europeo, el Cementerio, la Basílica Nuestra Señora del Pilar y tres importantes espacios culturales como son el Palais de Glace, el Centro Cultural Recoleta y el Museo Nacional de Bellas Artes. Una feria de artesanías, instalada en la Plaza Intendente Alvear durante los fines de semana, y el complejo Buenos Aires Design completan la oferta de este barrio. Tras cinco horas de recorrido, nuestro circuito culminó “a la argentina”, con mate y alfajores debajo de un árbol bicentenario que cubría de sombra la tarde porteña.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Pablo Etchevers

DuraciónDuración: 4 horas.
HorarioHorario: Todos los días, por la mañana o por la tarde.
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