Pueblo con forma de corazón

Recorrimos las sencillas y tranquilas calles de un pueblo que crece en la cabecera del lago Fagnano. Todos nos recibieron con una sonrisa y nos permitieron entender su vida diaria.

Cómodamente instalados en la cincuentenaria y encantadora hostería Kaiken, con la mejor vista del lago Fagnano y sus aguas agitadas por los vientos del oeste, decidimos dirigirnos al centro de Tolhuin para caminar por sus calles.

Al atardecer, dejamos la hostería y seguimos el antiguo trazado de la ruta 3, de ripio. Ingresamos al pueblo que vive al pie del cerro Michi por la vieja entrada. Fuimos encontrando el puente sobre el río Turbio, las cabalgatas de Sendero Indio, el complejo de cabañas Khami, referencias de lo más representativo de este pueblo isleño.

Por Esteban Lucas Bridges, una de las pocas calles asfaltadas, seguimos hasta la plaza, donde es común que se reúnan los jóvenes, especialmente en horas de la tarde. La nueva iglesia de la Sagrada Familia, contigua a la capilla original, nos impactó por sus paredes de piedra y madera de línea simple y tradicional de la arquitectura fueguina. Adentro, un silencio imponente hizo que permaneciéramos por unos minutos descubriendo cada una de las imágenes.

  • Orillas del lago Fagnano

    Orillas del lago Fagnano

  • Con la mejor vista

    Con la mejor vista

  • Pesca con mosca

    Pesca con mosca

  • Paisaje nevado

    Paisaje nevado

  • Como una pintura al óleo

    Como una pintura al óleo

  • Tranquilas calles

    Tranquilas calles


Tranquilas calles

Transitamos por las calles principales con el mismo ritmo lento que llevaban sus pobladores. Fuimos encontrando sus comercios y en especial la conocida panadería La Unión, de la que habíamos tenido noticias aun antes de llegar a Tolhuin.

Afamada por sus exquisitas facturas y también por ser un espacio de encuentro para tomar un café donde se respira buena onda, allí algunos personajes conocidos han dejado en las paredes un recuerdo para compartir con todos.

“¿Qué hay para ver y hacer en el pueblo y sus alrededores?” Con una amplia sonrisa Emilio, dueño de La Unión, enumeró las actividades que pueden realizarse en la naturaleza, en medio de paisajes vírgenes que quitan el aliento. “Entre las opciones al aire libre, la que tiene más adeptos es la pesca con mosca, pero en verano son innumerables las maneras de disfrutar. Hasta se puede avistar cóndores en el cerro Shenolsh.”

“No se puede dejar de conocer el paso Garibaldi. Hay un recorrido sinuoso por la montaña, se puede ver el lago Escondido y los aserraderos desarrollan su tarea en la zona. Se pueden adentrar en los bosques frondosos y dedicarse a la contemplación de valles, montañas y lagos en estado puro”, palabras expresadas una y mil veces por el entusiasta Emilio.

En el pueblo nos enteramos de que en tiempos pasados la hostería era parada obligatoria para los que transitaban la ruta nacional 3 hacia Ushuaia o Río Grande.

A la hora de la cena, en el comedor de la hostería nos ofrecieron unos exquisitos ravioles de centolla y al irnos a la cama el viento ululaba contra el techo de nuestra cabaña. Supimos que esa es la música de fondo que acompaña los sueños en Tolhuin, Tierra del Fuego, fin del mundo.

Autor Mónica Pons Fotografo Gentileza Tolhuin.gob.ar

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