Los Bajos del Temor, los más hermosos del Delta

A minutos de la ciudad de Buenos Aires se encuentra una geografía distinta, paradisíaca, donde la naturaleza se apodera completamente de todo y recibe el nombre de bajos.

Los Bajos, lugar elegido y predilecto, el más hermoso de los lugares del mundo….¿hay dudas?

Allí vamos a ver los atardeceres a puro color naranja fuego. A puro brillo y potencia hacia el este. Oro naranja que encandila. Bola de fuego, se la ve bajar lentamente hasta que llega al agua y allí oro el sol y oro el río.

Mirando la situación como interpretes de lo que nos dice la naturaleza, el río de La Plata toma el mismo color del cielo y sólo los diferencia la sutil línea llamada horizonte, que marca lo que es agua y lo que es cielo.


No estamos solos

Una embarcación sin hacer ruido alguno se acerca lentamente creando una especie de ilusión óptica, un sueño. No hay ruido de motor ni se escuchan las voces de sus tripulantes y la figura de estos apenas se distingue del sol brillante que poseen detrás.

De repente, y ya muy cerca, se escucha el motor y apenas levantan sus manos para saludar nuestra existencia. Nuestro bote, de color marrón casi como el río se mimetiza de manera perfecta, por lo que a los ojos de otros, también es difícil distinguirnos.

  • Una geografía distinta, paradisíaca

    Una geografía distinta, paradisíaca

  • Lugar elegido y predilecto,

    Lugar elegido y predilecto,

  • Una embarcación sin hacer ruido...

    Una embarcación sin hacer ruido...

  • Disfrutar de la nada

    Disfrutar de la nada

Todo vuelve a la normalidad, al estado puro de la nada. El sol ya inició su descenso y cada vez baja más rápido.

Podría decirse científicamente que es la tierra la que está girando, pero a los ojos de cada uno de los presentes es el sol el que, lentamente, va entrando en el agua hasta desaparecer por completo.


Disfrutar de la nada

Uno continúa ahí en el medio de la nada o del todo: agua, islotes de juncos, grupo de garzas blancas en el barro, algunos sauces llorones que sobresalen de la chatura, el chirrido de las gallinetas que no se ven o de repente, extender la mirada hacia arriba y divisar en lo alto el vuelo en formación de patos salvajes.

Dijo Sarmiento en su inolvidable libro El Carapachay: “Las islas vienen invadiendo a pasos rápidos o más bien marcha hacia el mar, y el instrumento y la operación de hacer islas está a la vista de todos. Cuando el banco arenoso empieza a acercarse a la superficie, nace el junco, que eleva sus hilos de manera de formar una apariencia de tierra que aún no existe. Pero el juncal es una coladera inventada por la naturaleza para forzar el agua a detenerse y deponer el limo amarillo que da color, con lo que se forma el terreno vegetal…”

Lo cierto es que estas palabras pueden observarse a simple vista. Un sinfín de plantas acuáticas nace sobre el lecho que el junco les ha preparado, así luego nacen plantas como el ceibo a quien el federal, pequeña ave de cuello colorado, viene a visitar todas las mañanas del mundo.

“…figuran como arbusto la Rama Negra, el Sarandí, el Amarillo, el Miní. Descuellan el Laurel, la Cuaca, el Canelón y otros arbustos de adorno y árboles de leña. Manadas de carpinchos frecuentan sus costas, bañándose en los canales las noches de luna, y guareciéndose de día entre las enredaderas que entretejen plantas, arbustos y árboles en impenetrables masas de verdura….”continúa Sarmiento de manera memorable, logrando explicar como se desarrolla el fenómeno que llega hasta nuestros días y que se embellece notablemente con la mano del hombre que puebla estas islas.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Gentileza Sociedad de Fomento Arroyo Felicaria

Contacto de la excursión o paseo


Biblioteca Santa Genoveva

Arroyo Felicaria s/n - Islas de San Fernando, Tigre, Buenos Aires, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 11-47281735

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