No me cambien el nombre

Hubo una vez un pueblo que de un día para el otro cambió su nombre. Y la decisión fue tan inesperada que aún hoy muchos recuerdan el momento con nostalgia.


En nombre de lo funcional
    
¿Qué sentiría usted si la localidad donde reside actualmente quedara, de un día para el otro, a kilómetros de distancia de su casa? ¿Qué pasaría si su lugar de origen ya no tuviera el nombre que aparece en su documento? ¿El nombre de un lugar puede influir en la identidad de sus habitantes o es sólo un detalle a cuyo cambio cualquiera puede adaptarse fácilmente?
    
Ordenemos las coordenadas espacio-temporales. Imaginemos que estamos en 1910 en Sierra de la Ventana, provincia de Buenos Aires. Hay que tener en cuenta que decir Sierra de la Ventana en aquella época no era lo mismo que decirlo hoy. Sierra de la Ventana, en 1910, quedaba a 27 kilómetros de la Sierra de la Ventana de hoy.

  • Cementerio

    Cementerio

  • Estación de trenes

    Estación de trenes

  • Ex Sierra de la Ventana

    Ex Sierra de la Ventana

  • La Municipalidad

    La Municipalidad

Sí, no es ciencia ficción. Los terrenos no se desplazaron de un lugar al otro. Ocurre que en 1912, el 16 de diciembre, más precisamente, la Dirección de Correos y Telégrafos solicitó el cambio de nombre de la estación Sauce Grande, a la vera de la cual se encontraba el Hotel Sierra de la Ventana. La idea era renombrar a Sauce Grande como estación Sierra de la Ventana, para evitar los inconvenientes que estaban teniendo con la correspondencia que llegaba al hotel y de la cual nunca se sabía certeramente si era para el Hotel Sierra de la Ventana o para la localidad homónima.
    
Pero qué pasaría, entonces, con la antigua Sierra de la Ventana. Y, por sobre todas las cosas, ¿qué pasaría con sus habitantes?


A la usanza inglesa
    
Todos sabemos que por aquellos años las poblaciones tomaban su nombre de las estaciones de ferrocarril que las atravesaban así que, si no se quería tener dos Sierras de la Ventana (lo cual hubiera resultado aún más confuso para el servicio de correos), habría que cambiar también el nombre de la antigua estación Sierra de la Ventana.

Ésta pasaría a llamarse, entonces, Saldungaray. Así conocemos hoy lo que, hasta 1915, se llamaba Sierra de la Ventana.
    
Habría que preguntarse qué sensación les quedó a los antiguos habitantes de Sierra de la Ventana, hoy actuales habitantes de Saldungaray de más de 90 años, del día en que su pueblo se mudó de ellos. Habría que preguntarse qué sentiría usted al mudarse de pueblo sin mudarse de casa, sin cambiar los vecinos, sin trasladarse de lugar, sin mover ningún mueble.
    

¿Se puede reciclar la identidad?
    
Cuentan que muchos de los habitantes de Saldungaray no soportaron el vacío de ser renombrados sin consentimiento previo y optaron por mudarse al nuevo Sierra de la Ventana, para así conservar su origen.
    
Cuesta imaginar la sensación de repatriarse en medio de calles que uno no conoce, de perseguir un lugar desconocido para seguir siendo uno mismo, para que las calles sigan siendo las mismas, aunque sea en otro lugar.
    
Hoy, a casi 100 años de aquel cambio de nombres, vale la pena hacer el ejercicio de imaginarse en esa población renombrada. Vale la pena recorrer Saldungaray, ex Sierra de la Ventana.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Gentileza Sierrasdelaventana.com.ar

Contacto de la excursión o paseo


Informes Turísticos - Saldungaray

La Plata 348, Sierra de la Ventana, Buenos Aires, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 291-4916016

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