En pocas cuadras de un recorrido guiado muy intenso se reviven los inicios coloniales que marcaron a fuego la vida e historia de Córdoba.
Conocer los inicios fundacionales de la ciudad de Córdoba ofrece una serie de hechos y circunstancias muy interesantes que le dan más brillo a esta hermosa urbe. Iniciamos una visita guiada a cargo de Laura en la plaza San Martín, sitio donde el 6 de julio de 1573 el conquistador español Jerónimo Luis de Cabrera fundara la ciudad. Organizó las setenta primeras manzanas lejos del río en terrenos altos y las diseñó en damero al estilo de España, con un fuerte como protección.
En ese entonces los comechingones eran los habitantes naturales, practicaban la agricultura y la ganadería y eran además hábiles tejedores y ceramistas.
El Cabildo y la iglesia mayor fueron los primeros edificios que se enclavaron frente a la plaza que funcionaba como espacio público. Hoy muestra un monumento ecuestre del general San Martín realizado con bronce y base de granito con adornos perimetrales que responden a temas de la república.
El Cabildo original era más pequeño y el aspecto actual se logró a fines el siglo XVIII, es de arquitectura clásica y la recova se agregó posteriormente. Fue casa de gobierno, municipalidad y central de policía y se visita su frente, sus celdas, las galerías superiores y el Museo de la Ciudad.
Tanto en las catacumbas como en los pasillos que llevan al patio central, se aprecian pisos y techos de materiales originales, como ladrillos de adobe cocido y tirantes de algarrobo. En el primer piso ingresamos al Salón Rojo o Capitular, que se utiliza en los actos oficiales, y también al museo cultural.
Seguimos con entusiasmo nuestro recorrido a pie hacia el interior de la catedral, que data de 1578 y sufrió cambios edilicios a través de 200 años. Actualmente, se muestra modernizada con el gusto europeo que dejó atrás los rasgos coloniales.
Cuando se celebró el sesquicentenario de la Revolución de Mayo, uno de los homenajes a los edificios históricos fue realizar un “rebatido”, trabajo en mosaicos blancos que reflejan sobre la calle su propia sombra; para el bicentenario fueron restaurados y pintados.
Saliendo por el costado de la catedral, tomamos el pasaje Santa Catalina, que lleva ese nombre por conducir hacia el primer convento de monjas de clausura de las hermanas dominicas del año 1603, donde pudimos admirar la iglesia.
Nos cruzamos a la Manzana Jesuítica y enfrentamos el Colegio de Monserrat, que no se visita y solo puede verse por fuera. Allí se levantó el primer convictorio y se daba alojamiento a alumnos llegados de afuera. De vida conventual, a los estudiantes se les llamaba “reyunos” porque el colegio dependía del Rey de España. Se conoció como Colegio Máximo y Universidad de Córdoba.
Actualmente el colegio secundario es mixto y la educación sigue siendo tan exigente como en sus primeros años. Una curiosidad es que hoy los pupitres de madera son los mismos que utilizaron los próceres de la historia como Juan José Paso, Nicolás Avellaneda, Derqui, Dorrego, Juarez Celman o Lugones.
Todo el edificio tiene una resolución mudéjar, arte español y árabe, sobre todo en las rejas de las ventanas, el acceso y ornamento y la torre reloj. Funciona además el museo de arte religioso San Alberto.
Siempre en la Manzana Jesuítica, realizamos una corta visita a la iglesia de la Compañía de Jesús, que habíamos visitado con anterioridad, y apreciamos cada detalle de su estructura, ornamentación y etapas de vida religiosa.
Agradecimos a Laura por su compañía en puntos característicos del centro histórico de Córdoba y prometimos entusiasmar a otros visitantes para que aprecien lo que nosotros conocimos.
Contacto
Servicio de Guías de Turismo de Córdoba A.C.
Dean Funes 25 en el Cabildo Históricos - Córdoba
Tel: 54 351 155931700
Mónica Pons
Eduardo Epifanio
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Independencia 174 (5000) Córdoba, Córdoba
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