Este museo arqueológico e histórico funciona en un edificio construido a principios del siglo XVII, en el cual funcionaba un molino harinero.
En su interior se conservan elementos de distintas culturas que poblaron la zona. Las piezas están dispuestas en siete salas expositoras que presentan la información de manera ordenada.
Merecen especial mención los salones dedicados a la minería, principal actividad económica de los chileciteños en los siglos pasados; el de arqueología, donde se observan hachas, morteros, cerámicas y estatuillas de culturas aborígenes; y la sala dedicada a la plástica, donde se exponen más de sesenta obras de variados autores.
La sala de literatura conserva el antiguo techo a dos aguas con “pus pus”, un arbusto que se desarrolla en la zona. Allí se puede admirar una pared de 1 m de ancho, que data de 1712. Esta sección posee, entre otras obras de importancia, una colección del Martín Fierro en todos los idiomas a los que fue traducido.