Pehuen-Có, donde el sol siempre está

Los trabajos de forestación y fijación de dunas complementan un paisaje que reúne todo lo necesario para una estadía en comunión con la naturaleza.

La fisonomía de Pehuen-Có coincide con su nombre mapuche, que hace referencia a la presencia de pinos y de agua. Esos dos símbolos fundamentales en las creencias aborígenes caracterizan el balneario.

Desde la rotonda de acceso se percibe el aire marino y la tranquilidad que la localidad ofrece a quienes la visitan. Sus calles arenosas nos acercaron a la costanera, los médanos y el mar.

Al llegar a la costa atlántica, la inmensidad del litoral marítimo permitía que cada actividad tuviera un espacio amplio, sin amontonamientos. Algunos grupos de personas se desplazaban caminando, otros tomaban sol y dentro del agua gran cantidad de veraneantes disfrutaban de la tibieza de las corrientes marinas y de un oleaje muy divertido.

  • La inmensidad del litoral marítimo

    La inmensidad del litoral marítimo

  • Adeptos incondicionales

    Adeptos incondicionales

  • El sol siempre está

    El sol siempre está

  • Entre pinos

    Entre pinos

  • Los niños y el mar

    Los niños y el mar

  • Embarcaciones de pesca

    Embarcaciones de pesca

Las dunas ocupan una superficie importante a lo largo de las playas y fueron fijadas en el tiempo en que se instaló el balneario, a mediados del siglo XX. Otra idea admirable fue la plantación de pinos y eucaliptos, ya que liberan la zona urbana de los vientos intensos imperantes. El Bosque Encantado cuenta con vivero y es un lugar apacible para una caminata al atardecer.

Varios yacimientos paleontológicos emergen en las afueras de la ciudad. Es sorprende pararse delante de huellas fósiles de mamíferos y aves de más de 10.000 años que afloran en limos arcillosos de la playa a solo unos kilómetros del centro. También la zona denominada Las Rocas muestra señales de la presencia de vertebrados hace millones de años.

Recorrimos la zona céntrica para conocer los servicios que se ofrecen en cuanto a alojamiento y abastecimiento. Pequeño, acogedor, con negocios de todo tipo y confiterías que a la noche reúnen a los más jóvenes.

La casa barco y la casa molino son dos construcciones que sorprenden y despiertan interés por el formato que sus propietarios dieron a su residencia.

Para quienes deseen dedicarse a la pesca, existen casas especializadas y guías que ofrecen sus embarcaciones para salidas en grupo hacia los bancos que aseguran una pesca variada todo el año.

Pehuen-Có es un balneario que tiene sus adeptos incondicionales y la particularidad de que el sol sale y se pone en el horizonte del mar. Llama al descanso, la informalidad y a compenetrarse con su condición agreste.

Autor Mónica Pons Fotografo Pablo Etchevers

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