Dique la Viña

A 25 kilómetros de Nono, se encuentra el dique La Viña, una monumental obra de ingeniería que asombra a los visitantes por sus exorbitantes dimensiones.

Teníamos dos opciones para llegar a este sector: contratar una excursión hasta el dique, donde el guía enriquece el paseo con datos precisos de la zona, o simplemente llegar hasta el lugar en un vehículo particular y admirar la imponente obra. En ambos casos, se debe salir de Nono por la R.P. Nº 14 con dirección suroeste.

Elegimos la excursión con guía y aprendimos que Nono o Ñuño significa “pechos de mujer” en lengua quechua – en referencia a dos cerros bajos que se asemejan. Nono es un pueblo de siestas largas, silencios profundos y vinos pendencieros.

Éste fue el primer pueblo del Valle de Traslasierra y a su vez donde más tiempo sobrevivieron los comechingones. Distintos encuentros culturales se realizan en la localidad, en especial los meses de enero y febrero.

Al salir de la localidad sobre la derecha, observamos el río Chico de Nono, que nace en las Sierras de Achala. Luego pasamos por el arroyo Consultas y el paraje San Huberto.

A la izquierda, advertimos el cerro Caolín, donde se extraía el mineral para la fabricación de polvo desengrasante; y luego cruzamos el arroyo Perchel, que indica la entrada a la localidad de Las Rabonas o Las Chupinas.

  • La espectacular belleza del paisaje circundante

    La espectacular belleza del paisaje circundante

  • Un enorme espejo de agua

    Un enorme espejo de agua

  • El paredón posee 317 mts. de largo

    El paredón posee 317 mts. de largo

  • Monumental obra de ingeniería

    Monumental obra de ingeniería

  • La belleza de su entorno

    La belleza de su entorno

  • El viaje valió la pena realizarlo

    El viaje valió la pena realizarlo

Continuando por la R.P. Nº 14, sobre la izquierda, divisamos la escuela de equitación de Luis Liste, un hombre que les habla a los caballos en el vientre de la yegua. Cuando éstos nacen conocen la voz humana, por lo que una palabra firme, pero cargada de cariño es suficiente para llevarlos adonde se quiere.

Salimos del departamento San Alberto e ingresamos en el departamento San Javier. Allí apreciamos el arroyo Las Totoras. Luego el camino sube por la “cuesta del ciego”- larga y pesada – y en este punto se pueden divisar los cerros Atenas, Negro, de la Cruz y el Champaquí – este último el más alto de la provincia de Córdoba, con 2790 m.s.n.m.

Para este entonces, ha habíamos recorrido 19 kilómetros y en la rotonda de la quebrada de los Pozos, doblamos hacia la derecha para transitar los 6 kilómetros finales hasta el dique.

El paisaje del lago tiene 1.050 hectáreas y nace del río Los Sauces.

Descendimos a un lado del gran paredón del dique y caminamos hasta el otro lado admirando la impresionante profundidad de la represa de contención.

El guía nos contó que el proyecto del embalse lo presentó Don Luis Antonio Medina Allende, quién estaba a cargo de la Dirección de Obras y Servicios Públicos de la provincia de Córdoba en el año 1938.

Al año siguiente el proyecto fue revisado por el ingeniero Simons y aprobado por la Dirección Hidráulica. En este año se comenzó con la construcción del dique. La obra finalizó 5 años más tarde.

Entre los datos que caben destacar y que lo posicionan como el más grande de Argentina, figuran que el paredón posee 317 metros de largo, su base es de 25 metros de ancho y su coronamiento de 15 metros de ancho. Del lado del espejo de agua mide 106 metros, mientras que del lado del vertedero mide 107 metros.

Para construir el dique, se utilizaron 3 millones de metros cúbicos de hormigón armado. La estructura posee 8 compuertas de 6 metros por 5 metros cada una y su cota máxima está dada a los 102 metros.

En 1952, se inauguró la usina hidroeléctrica que posee dos turbinas que producen 4 millones de Kwh. cada una. Con la regularización del río Los Sauces, mediante el almacenaje de sus aguas en el dique, se aprovecha el 90 % del caudal medio anual; de esta manera se llega a regar cerca de 24.000 hectáreas.

Además el dique forma un enorme espejo de agua en donde se practican actividades deportivas tales como pesca de pejerrey, motos de agua y kayakismo.

La espectacular belleza del paisaje circundante, con el profundo cañón de un lado, y el lago con las serranías de Achala por el otro fueron suficientes para saber que valió la pena realizar el viaje.

Luego de unos minutos, retornamos a la localidad, no sin antes parar en el puesto de Las Candelarias, donde la gente del lugar nos convidó vino patero, vino mistela, salames y quesos caseros. Además pudimos adquirir todo tipo de yuyos medicinales y digestivos como peperina, cola de quirquincho – entre otros.

Autor Marcelo Sola Fotografo Eduardo Epifanio

Contacto de la excursión o paseo


Manito

San Martín 926 (5889) Mina Clavero, Córdoba

Tel: +54 3544-471371

Ubicación

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