Camino del Peregrino, siguiendo los pasos del santo

En el Valle de Traslasierra, las peregrinaciones hasta el santuario del cura gaucho conforman una de las imágenes más queridas y sentidas de los cordobeses.

El Camino del Peregrino une el paraje Giulio Césare con Villa Cura Brochero. Es un trayecto de 28 km con 8 estaciones para reflexionar y orar. Cada una está identificada con un tótem de 6 m de altura. En la mitad del recorrido, en Villa Benegas, hay una zona de servicio y descanso. Dependerá de las condiciones físicas, pero en general la caminata demanda entre 6 y 7 horas.

El cura imparable
Es el camino que recorría San Gabriel Brochero, el santo que vivió en Córdoba. La peregrinación tiene un fundamento muy importante en la difusión de la vida y obra del querido santo. La promoción del turismo religioso también pone en foco las bellezas del Valle de Traslasierra, al oeste de las Sierras Grandes, cuyas localidades más pobladas son Mina Clavero y Villa Cura Brochero.

El cura cordobés llevó su obra evangelizadora a todo el Valle de Traslasierra. De ahí el nombre adoptado por la villa que lo vio andar y trabajar a puro pulmón. José Gabriel del Rosario Brochero nació en 1840 en Santa Rosa, de Río Primero. Luego de ordenarse como sacerdote en 1866 y un corto desempeño en la Catedral de Córdoba, en 1869 se trasladó al departamento de San Alberto como vicario. Era una población muy dispersa entre las serranías y el valle, sin escuelas ni caminos. El cura Brochero eligió la mula para andar, fue pionero de los caminos de las Altas Cumbres, anduvo por las periferias buscando a la gente que lo necesitara.

  • Camino del Peregrino

    Camino del Peregrino

  • Ocho estaciones construidas para la reflexión

    Ocho estaciones construidas para la reflexión

  • Camino del Peregrino

    Camino del Peregrino

  • Villa Benegas

    Villa Benegas

  • Villa Benegas

    Villa Benegas

  • Peregrinación en Cura Brochero

    Peregrinación en Cura Brochero

  • Camino del Peregrino

    Camino del Peregrino

En los años de trabajo y apostolado duros, abrió caminos; fundó pueblos; levantó escuelas, iglesias, oficinas de correo y estafetas telegráficas; procuró un acueducto, canales, acequias y diques, y bregó por la llegada del ferrocarril. Con la ayuda de sus feligreses, construyó la Casa de Ejercicios Espirituales y el Colegio para Niñas, milagros si consideramos la pobreza y los medios tan frágiles con los que contaba.

En el inicio de su sacerdocio, su etapa más fatigosa y heroica fue el cuidado de los enfermos de cólera durante una epidemia que azotó la ciudad de Córdoba. Su pasión evangelizadora hizo que no temiera a las enfermedades ni a la miseria y que de su corazón brotara un caudal inagotable de caridad.

Enfermó de lepra y murió en 1914. Fue canonizado en 2016 en una ceremonia celebrada por el papa Francisco, y así los argentinos tienen un santo muy amado en la figura del cura gaucho. San Gabriel Brochero dejó su legado en la identidad y el desarrollo de la villa cordobesa que lleva su nombre.

Autor Miriam Coronel

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