
Cuando llegamos a Nono, una tranquila localidad del valle de Traslasierra, el calor apretaba y nos encaminamos hacia la playa. Las viejas casonas de Nono y sus calles de tierra nos fueron guiando hacia la costa del río de los Sauces.
Buscamos reparo debajo de unos árboles con mucha hoja y nos deleitamos con su sombra. Desde allí, teníamos la mejor vista de ese río tan ancho que parecía de llanura. Corría una leve brisa entre los sauces y fuimos dejando a un lado el calor que nos sofocaba.

Recién entonces fuimos recordando el recorrido realizado desde el momento de ingresar al pueblo. En pleno centro y en los alrededores de su plaza principal, las construcciones muestran los años de vida de Nono. Muchas viejas casonas aún están en pie, algunas con muestras del paso del tiempo; otras están más mantenidas y aún habitadas.
+ Info:
http://www.welcomeargentina.com/nono/citytour-nono.html