El Cóndor, un balneario de película

A tan solo veinte minutos de Viedma se encuentra uno de los balnearios más lindos de toda la provincia de Río Negro. Bautizado El Cóndor, es lugar de encuentro para todo aquel que vacacione en la ciudad.

A tan solo veinte minutos de Viedma se encuentra uno de los balnearios más lindos de toda la provincia de Río Negro. Bautizado El Cóndor, es lugar de encuentro para todo aquel que vacacione en la ciudad.

No hay duda de que cuando llega el calor, la mejor forma de disfrutarlo es con agua. La ciudad de Viedma, afortunada si las hay, posee un hermoso río llamado Negro y la presencia inmediata de un mar inolvidable.

Allí, un clásico de toda la Patagonia, se encuentra el famoso balneario El Cóndor, una extensa playa de arenas finas y rocosos acantilados que le dan un marco ideal para disfrutar del mar, leer un libro y hasta dormir la siesta en alguna reposeras a centímetros nomás del agua.

Típicos de la costa de la provincia de Río Negro, los acantilados logran, además de facilitar las vistas panorámicas, darle al lugar una mística muy especial que se traduce en distintas actividades que allí se practican y que van desde la pesca deportiva cuando crece la marea hasta el vuelo en parapente.

La pesca deportiva lanzando los aparejos y líneas desde la misma costa es la más practicada en la zona. Se pueden obtener peces de las más variadas especies y de gran porte, por lo que muchos pescadores de ciudades cercanas se acercan a tentar la suerte en esta parte favorecida del mar.

El viento, que aquí abunda, tiene muchos seguidores en estas playas, ya que permite disfrutar del windsurf, el kitesurf e incluso del carrovelismo, una nueva actividad que, cuando la marea se encuentra baja y hay viento, comienza a ser furor en las costas argentinas.

Esta villa marítima se ha convertido con el correr de los años en el punto de encuentro de varias generaciones, entre las que predominan los jóvenes que dan vida, incluso de noche, a bares, pubs y confiterias a la vera del mar.

A lo largo del Camino de la Costa, como se conoce también esta zona, surgen servicios de todo tipo, entre los que se destacan alojamientos, cabañas, restaurantes y comercios que hacen la temporada durante el verano.

La Fiesta del Mar y la del Acampante son parte de los festejos más tradicionales que año tras año se llevan a cabo en esta ciudad y atraen visitantes de todo el país. También asisten artistas nacionales e internacionales, que logran cautivar los más variados públicos.

Además de actividades deportivas y culturales, el balneario resulta ideal para el avistaje de fauna autóctona, entre las que se destacan las aves (se dice que hay más de 100 especies, estacionarias y migratorias).

En los alredores del balneario se encuentra la mayor colonia de loros barranqueros del mundo y es un espectáculo verlos volar y desplazarse cuando se juntan y el bullicio comienza a hacerse sentir por los aires.

A partir del balneario El Cóndor comienza a desarrollarse un paisaje costero donde tienen presencia primordial los acantilados. Allí se encuentra el primer faro de la Patagonia argentina y el mirador en honor a Ceferino Namuncurá, uno de los santos más venerados del país.

A solo 3 kilómetros del balneario se encuentra el lugar donde el río Negro se junta con el mar (océano Atlántico) y este maravilloso fenómeno se puede observar desde un punto llamado El Pescadero, un sitio ideal para pescar todo el día, incluso de noche.

Por todo esto, el balneario El Cóndor es uno de los atractivos turísticos que el visitante no puede perderse mientras disfruta de las bondades de la ciudad de Viedma.

Autor Pablo Etchevers

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