San José, Liebig, Ubajay: pueblos sin estrés

Sin viajar lejos se pueden conocer otras localidades con la apariencia encantadora que distingue a Colón.

Una salida de corta duración permite apreciar el aire provinciano de algunos pueblos nacidos a la vera del río Uruguay, muy cerca de la ciudad de Colón, y que en su conjunto componen la Micro Región Tierra de Palmares.


A Villa San José

A solo 5 kilómetros, encontramos un pequeño paraíso natural; paseamos por el centro y su zona balnearia. Cuando se ingresa, la plaza General Urquiza es el principal punto de referencia; rodeada de plazoletas, todo el conjunto es muy verde, con palmeras, arbolado añejo y florecido. A su alrededor ubicamos la parroquia principal, la oficina de turismo y la municipalidad. Como primera colonia agrícola de la provincia, su historia está basada en la llegada de los colonos y aún mantiene vivas las costumbres e historias heredadas de los abuelos.

Pero es sabido que se llega a San José para disfrutar de su entorno paisajístico exuberante, tanto en sus playas sobre las orillas del Uruguay y como en sus termas. Llegamos hasta la orilla del río e, imitando la modalidad local, ubicamos nuestras sillas reposeras dentro del curso de agua, a poca distancia de la costa. Disfrutamos de su arena fina y limpia mientras contemplábamos la gran cantidad de embarcaciones y gente practicando deportes náuticos que surcaban el río.

  • Parroquia San José

    Parroquia San José

  • La mayor fábrica de carne en conserva del país

    La mayor fábrica de carne en conserva del país

  • Centro del ecoturismo regional

    Centro del ecoturismo regional

  • Arte de la Costa

    Arte de la Costa

Nos impactó el complejo termal erigido junto a la ribera. Además de sus dimensiones y las aguas cálidas y beneficiosas con que cuenta, es un ámbito recreativo muy agradable.

Si de ánimo festivo se trata, San José tiene motivos para celebrar todo el año. En octubre la Fiesta Nacional de la Colonización viste de gala la ciudad y llega gente de todos lados para homenajear el trabajo y cultura llegados de Europa durante el siglo pasado. Todo es alegría, canto, baile y gastronomía a lo largo de tres jornadas donde se paraliza el trabajo cotidiano.


Hacia Liebig nos vamos

La playa y la naturaleza son los principales ingredientes de Pueblo Liebig, que recibe visitantes todo el año gracias a su extensa franja de arena sobre el río Uruguay. Con un clima que ayuda a vivir al aire libre, tomar sol y dejar las preocupaciones de lado, es común ver gente en traje de baño en la costa.

El antiguo muelle de pasajeros separa dos playas muy acogedoras y nos instalamos allí para apreciar la correntada del río. A mediados del siglo XX, momento de auge comercial del pueblo, la mayor fábrica de carne en conserva del país despachaba desde allí su mercadería al exterior. Paseos en canoa, excursiones en lancha o simplemente dorar la piel al sol son las actividades de las cuales nadie se queda afuera.

El Club de Pescadores ocupa un espacio de preponderancia, ya que aporta sus instalaciones para ofrecer camping y bungalows acondicionados para pasar una estadía tranquila y segura.


Yendo algo más lejos

Empleamos unos pocos minutos más para conocer primero Villa Elisa y luego Ubajay. En la primera nos recibió una población de casas sencillas y parques y paseos muy arbolados. Los días de calor se viven en su balneario de aguas claras y rodeado de mucha vegetación.

A su vez, su mayor orgullo es haber encontrado en las profundidades de la tierra excelentes vertientes saladas. A partir de esas aguas con acción terapéutica y de relajación, se ha armado un complejo termal muy visitado.

Ubajay es el centro del ecoturismo regional. Al llegar, vimos una localidad quedada en el tiempo; su gente aún se desplaza a caballo y se sienta en la vereda de su casa a disfrutar de unos buenos mates. La presencia del aguatero que moja las calles de tierra es habitual, al igual que el saludo entre vecinos.

Los amantes del medio ambiente tienen en el Parque Nacional El Palmar un reservorio único por la cantidad de ejemplares de palmera yatay, a pesar de varios incendios que casi terminan con su vida.

Refugio de pájaros multicolores, cruce de arroyos y caminos internos, es un paseo tradicional de la zona.

Si algo tienen todas las poblaciones en común es su amabilidad entrerriana y su mate siempre listo para ofrecer al amigo que llega.

Autor Mónica Pons Fotografo Gentileza Sanjose.tur.ar

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