En una pequeña casa de madera al costado de la plaza principal se revive parte de la cultura de las antiguas comunidades que poblaron la cordillera y de los iniciadores del pueblo de montaña.
No hace falta que sea día de lluvia para que dediquemos unos minutos a conocer la historia del lugar que nos cobija como turistas o como habitantes. Enclavado en la parte externa de la Municipalidad, el Museo de los Primeros Pobladores forma parte de la edificación céntrica de San Martín de los Andes.
Al ingresar fuimos recibidos por quienes están a cargo del museo. Supimos entonces que ese espacio se utiliza para la promoción y desarrollo de actividades histórico/culturales y que en varios ciclos a lo largo del año se implementan muestras que remiten a distintos momentos de la historia de la humanidad.
Así, por ejemplo, han pasado muestras etnográficas, paleontológicas o simplemente fotografías y testimonios de la vida diaria de los inicios de San Martín de los Andes, cuando solo era un pueblo de montaña. Sueños, trabajo y sacrificio de épocas en que la vida se desarrollaba sin luz eléctrica y sin las comodidades con que hoy cuenta.
Una de las guías nos comentó: “El edificio albergó la comisión de fomento allá por 1930, a fin de organizar el centro urbano fundado en 1898. Cuando en 1962 se inauguró el actual inmueble municipal, se lo cambió de ubicación y fue utilizado como vivienda, galpón de acopio de materiales y comedor de obreros”.
“Como parte de su revalorización, fue restaurado y recuperado en el año 1987, trasladado y ubicado en su actual emplazamiento para servir como museo. Lo exhibido tiene valor por su antigüedad y buena conservación y ofrece evidencia de distintos eventos del pasado regional”, continuó. Entonces entendimos mejor los inicios de esta impecable y muy bien mantenida casa de madera.
Láminas ilustrativas y varios juegos originales, tal como los que se utilizan actualmente, estaban a la vista y nos permitieron entender que muchos de ellos son una forma de comunicación, de transmisión de valores y enseñanzas.
Miguel sintetizó diciendo: “Para nuestra cultura, los juegos forman parte de la espiritualidad y la religiosidad. Si para muestra basta un botón, en el choiquetun se imita la conducta del avestruz y se transmite el carácter sagrado de ese ave a los niños”.
Palin, choiquetun, pulquitun-Huaiquitun, elcauhun, longcotuhue son solo algunos de los diez juegos que nos mostraron. Antiguamente, con el longcotuhue se elegía al lonco o jefe de la comunidad, prueba de la importancia asignada a ese juego. Hoy es otra la forma de elección.
En las vitrinas se exhiben instrumentos musicales mapuches, puntas de flecha y utensilios de cerámica o madera encontrados en distintos lugares, incluso algunos cacharros valdivianos hallados en el ejido municipal. Son huellas de la Patagonia y de los grupos de origen tehuelche que vivían a ambos lados de la cordillera.
Nos llevamos con nosotros historias de vida, tanto de los mapuches como de los primeros habitantes que organizaron la ciudad. Al salir, nos esperaba un buen día de sol y pudimos caminar tranquilos entendiendo los orígenes de este pueblo de montaña.
Mónica Pons Eduardo Epifanio
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Primeros Pobladores
Juan Manuel de Rosas 700 (8370) San Martín de los Andes, Neuquén
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