El Tetratlón de Chapelco

El Tetratlón de Chapelco tiene lugar hacia fines de agosto o principios de septiembre de cada año en San Martín de los Andes y se vive como una fiesta a la que no falta nadie. La ciudad lo espera, se prepara para recibir a los atletas inscriptos y vive en cada curva de sus caminos aledaños el paso de sus participantes.

Este desafío deportivo tiene como telón de fondo el cordón montañoso Chapelco, sus pistas nevadas, los bosques autóctonos y el espejo de agua del lago Lácar. Se desarrollan cuatro disciplinas: esquí, mountain bike, kayak y pedestrismo. En cada edición los organizadores cambian los circuitos de acuerdo a las condiciones de la nieve, de los caminos y de la superficie del lago Lácar.

Estar en el momento de la largada en la parte alta del cerro significa vivir los nervios previos a la carrera y sentir la emoción de los competidores, que han entrenado durante meses para este instante. Este primer tramo de esquí ponen a prueba sus fuerzas, ya que las pistas son dificultosas y muchas veces es necesario trepar montaña arriba con los esquíes al hombro.

Primer parque cerrado

En la base del cerro, y al terminar con la primera modalidad de la carrera, los casi cuatrocientos inscriptos dejan sus esquíes, cambian su vestimenta y comienzan un duro pedestrismo por senderos con nieve y barro. Al costado, un público entusiasta estimula con su aplauso a quienes corren.

El fin de la etapa es la costanera de la ciudad, donde se inicia el trayecto en kayak sobre el lago, que no siempre se presenta favorable. Muchas veces los participantes deben luchar en sus frágiles embarcaciones contra los vientos cruzados y evitar caídas en las aguas frías.

Así como al comienzo de la carrera se arma un pelotón compacto, a medida que la prueba avanza los deportistas se van distanciando entre sí y definiendo su lugar en el podio.

En el siguiente parque cerrado, llega el momento de tomar la bicicleta, adecuar la indumentaria a este tramo de la competencia y seguir exigiendo al cuerpo para dar lo mejor de sí. A esta altura, el cansancio es el peor enemigo del atleta y se necesita fuerza mental para seguir adelante.


Lo importante es competir

Cuando los corredores enfrentan el último tramo por las calles de la ciudad, los espera el arco de triunfo que marca el final de la carrera. El esfuerzo por trasponerlo luego de la intensa prueba, la emoción por el logro anhelado y la alegría de encontrar allí a sus seres queridos se trasunta en lágrimas; llegan los abrazos y el momento del descanso. Entre ellos habrá quien haya competido para lograr los primeros puestos; también hay otros que corren para llegar y poder medirse a sí mismo en este duro deporte.

El “Tetra” ya superó las veinticinco ediciones y el entusiasmo no decae, a pesar de que se realiza bajo el duro clima del invierno patagónico. Para cada edición llega más gente a San Martín de los Andes, lo cual da idea de su significado deportivo y turístico. Es y seguirá siendo “la carrera” de la ciudad y un desafío para los “tetratlonistas”.