Pesqueros del río Limay

En los últimos años ha crecido la popularidad del curso medio del Limay y cada día son más los pescadores deportivos que se acercan a algunos de sus rincones.

El “boca a boca” permite estar al tanto de los buenos ejemplares de trucha que temporada tras temporada se obtienen en las caudalosas aguas del río Limay. Allí nos acercamos para recorrer unos 70 kilómetros de extensión, donde se centraliza ese peculiar atractivo.

Dada la gran pendiente que presenta el río, sus aguas corren ligeras, lo cual permite una muy buena oxigenación de los peces y por ende un excelente peso.

Las primeras horas de la mañana, cuando el frío aún se hace sentir y el sol está apareciendo en el horizonte, son el mejor momento para iniciar una jornada de pesca. Así lo hicimos con todo nuestro equipo: cañas, chaleco de pesca, copo, wader, etc.

  • Sus aguas corren ligeras

    Sus aguas corren ligeras

  • Una buena jornada junto al río

    Una buena jornada junto al río

  • Pescadores deportivos

    Pescadores deportivos

  • Buena sombra

    Buena sombra

Accedimos al Limay medio por la ruta nacional 237, por varios de los caminos que permiten el ingreso al río. Nosotros lo hicimos por el que se encuentra después de pasar Villa El Chocón, en las inmediaciones de Picún Leufú.

Existen otros ingresos por campos privados, en los cuales es necesario solicitar autorización de paso. Entre ellos, El Pantanito y La Picaza (11 kilómetros después de Picún Leufú) son muy reconocidos por la obtención de buenas truchas marrones hacia fines de temporada de pesca. Desde La Picaza se llega a una curva del río que es muy elogiada por los habituales pescadores.

También se puede agregar adrenalina a la jornada si se cuenta con el vehículo conveniente. Así, a partir de la Bajada Colorada (sobre ruta asfaltada) se ingresa hacia el río luego de vadear el brazo Taux. Además, a la altura del ex zoológico Auca Cuyin se accede a un área con buena pesca, aunque hay pocos árboles.

En general se obtienen truchas arco iris, marrones, percas de boca chica, pejerreyes patagónicos, bagres de los torrentes y “madrecitas” del agua. Todas exigen un buen trabajo con cañas, reels y anzuelos, y también contar con la temperatura ambiental y del agua adecuadas.

Se aconseja utilizar cañas de acción rápida 6 ó 7, líneas ST de hundimiento rápido y moscas secas. Entre estas últimas se destacan las Yellow Humpy, Goodard Caddis, Sparkle Dun, Madame X y las imitadoras de las tucuras. En cuanto a las de tipo streamers, Rabbit Wolly Bugger, Matukas y Marabou Muddler (entre 2 y 6) con lana de colores verde oliva, castaño o negros y tonos perlados y naranja son las más utilizadas.

En nuestro recorrido escuchamos consejos de otros pescadores, recorrimos los distintos parajes con el ansia de regresar en otra ocasión con el equipo adecuado y el tiempo disponible para pescar sin apuros. El buen humor de los trucheros les permite cierta fantasía en cuanto al tamaño de las piezas obtenidas y eso también es parte de una buena jornada junto al río.

Autor Mónica Pons Fotografo Jorge González

DificultadDificultad: Baja
DuraciónDuración: Todo el día.
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