Reserva Provincial Las Piedras

Una caminata interpretativa por la Reserva Provincial Las Piedras nos acercó a conocer la flora y la fauna del lugar. Atentos, transitamos por el equilibrado ecosistema entrerriano.

En Gualeguaychú tuvimos la oportunidad de realizar una caminata interpretativa, y así conocer la flora y la fauna que conforma el particular ecosistema de transición en esta latitud de la provincia de Entre Ríos.

Para ello nos pusimos en contacto con Daniel Barrios, un profesor de Ciencias Biológicas, quien se especializó para ser guía en este tipo de actividad al aire libre.

En visitas anteriores a la ciudad del carnaval, habíamos escuchado acerca de la Reserva Provincial Las Piedras y de las charlas magistrales que Barrios brinda a las personas que se interesan por la interrelación de los organismos entre sí, educando con conciencia, para tener una mayor responsabilidad con el medio ambiente.

  • Una caminata interpretativa

    Una caminata interpretativa

  • Arenales

    Arenales

  • El equilibrado ecosistema entrerriano

    El equilibrado ecosistema entrerriano

  • Área Natural Protegida

    Área Natural Protegida

Como no quisimos dejar pasar la ocasión, nos dirigimos por la ruta provincial nº 20, a quince kilómetros del centro de la ciudad, hasta la mencionada reserva donde se realiza el senderismo.

Allí conocimos a Daniel, quien rápidamente dejó entrever su pasión por el tema. Utilizando estrategias y dinámicas, comenzó a transmitirnos la información que habíamos ido a buscar.

La reserva que estábamos conociendo se encuentra en un predio de 300 hectáreas, de las cuales sólo 40 son destinadas a caminatas interpretativas de la naturaleza. El sendero es frecuentemente visitado por numerosos estudiantes de escuelas primarias, secundarias y universidades que tienen en su plan de estudio el cuidado y la interpretación del medio ambiente.

“Esta región se caracteriza por la gran variedad de plantas vasculares” –nos indicó el especialista, mientras nos conducía hacia el interior de la antigua estancia.

Luego de calzarnos las botas de goma comenzamos a transitar el sendero. “El circuito a recorrer no es extenso, pero nos iremos deteniendo para observar las especies más significativas de la zona” –agregó Barrios.

Rápidamente nos sorprendió enseñándonos una hoja de talinum. Esta especie posee un importante valor alimenticio, siendo consumida con frecuencia en países asiáticos. Detalladamente observamos sus nervaduras paralelas.

Mientras transitamos, observamos árboles característicos de la selva misionera o paranaense, sólo que estos bosques se encuentran más empobrecidos por la variación del clima en estas latitudes. Entre las enredaderas y lianas exóticas destacamos la denominada madreselva.

Nos acercamos hasta la costa el río Gualeguaychú y apreciamos la gran cantidad y variedad de plantas, muchas de ellas con sus retoños. “Estos rebrotes se dan gracias a la acción de la humedad continua que reciben del torrente de agua cercano, haciendo que el bosque se renueve constantemente.” –señaló nuestro guía.
Continuamos caminando, siempre por la senda indicada, y nos detuvimos para conocer distintos árboles típicos de esta región, como el cedrón del monte, el carbonillo y el molle –entre los más destacados.

Adelante observamos otra particular planta, la ververis, que posee un importante valor para el desove de mariposas endémicas.
Seguimos por el sendero, esta vez para transitar una zona de monte mixto, donde aparecen especies xerófilas –plantas que se adaptan a la sequía– con especies de selvas marginales.

De repente, un verde brillante se apoderó de nuestra atención: se trataba de unos líquenes sobre un tronco caído. Su textura parecía la de una alfombra tendida en el medio del bosque. “Los líquenes –explicó Daniel– son catalizadores biológicos, son organismos simbióticos. A la planta en la que se apoyan no le hacen nada, toman los nutrientes que están en la corteza del árbol, que es un tejido muerto. Son tan sensibles a la polución atmosférica, que si hubiese contaminación desaparecerían enseguida.”

Luego comenzamos a bordear un meandro por donde circula el agua. Observamos arenales muy bonitos. Aprendimos que las responsables de estas formaciones dentro de este hábitat son las plantas denominadas sarandíes. Pronto escuchamos unos chillidos provenientes de unos lobitos de río. Entre los mamíferos de esta zona se destacan los hurones, gatos monteses, gatos de pajonal, comadrejas overas y coloradas, ciervos colorados y axis –estos últimos introducidos en la zona. Las víboras que se suelen encontrar en la región, sobre todo en verano, son las de la cruz y las yararás, además de múltiples arañas.

Así continuamos por gran parte del sendero, contemplando el maravilloso ecosistema gualeguaychense. Lo importante de esta actividad es que enseña a los individuos a tener una mayor responsabilidad con lo que los rodea.

Culminamos el paseo muy contentos con la experiencia vivida. Lo mejor de esta actividad es el estado de plenitud que se siente, cuando uno se mimetiza con el ambiente. Silencios y verdores quedarán para siempre, al evocar nuestro paso por la Reserva Provincial Las Piedras.

Autor Marcelo Sola Fotografo Gentileza: Ricardo Rivollier

DificultadDificultad: Baja
DuraciónDuración: 2 horas
HorarioHorario: A convenir con la agencia
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