Parque Nahuelito y los dinosaurios

Un lugar mágico para visitar con los más pequeños, donde conviven seres prehistóricos con duendes del bosque. Nuestra imaginación se permite volar por un rato a la vez que se adquieren conocimientos.

Ubicamos fácilmente el parque temático Nahuelito en un tranquilo barrio del Circuito Chico cuando íbamos hacia Colonia Suiza. Al trasponer el portón de ingreso, la figura de un gnomo sentado en un tronco de árbol con todos sus pertenencias nos dio la bienvenida. Nuestros hijos se entretuvieron sacando fotos y preguntaron el sentido de la presencia de ese personaje en ese sitio. Lo iríamos descifrando a lo largo de la visita.

Elegimos un día perfecto para un recorrido al aire libre. El tiempo era frío e ideal para la caminata por un sendero del bosque autóctono. Nos pusimos en manos de la guía dispuestos a disfrutar del lugar.

A medida que avanzábamos por el sendero señalizado, algunos dinosaurios salían a saludar desde la copa de los arboles o simplemente se veían en su propio ámbito. Estaban tan bien logrados que sus caras denotaban la ferocidad de sus acciones o la simpleza de sus movimientos.

  • Seres prehistóricos

    Seres prehistóricos

  • En su propio ámbito

    En su propio ámbito

  • Tamaño natural

    Tamaño natural

  • Un lugar mágico

    Un lugar mágico

  • Recorriendo las huellas del pasado

    Recorriendo las huellas del pasado

  • Duendes del bosque

    Duendes del bosque

  • Réplicas de increíble realismo

    Réplicas de increíble realismo

Divisamos un dinosaurio pequeño con las características del famoso Nahuelito. Nos contaron la leyenda barilochense que daba cuenta de un monstruo del lago Nahuel Huapi que hizo aparición en varias ocasiones. El tema era intrigante ya que algunos decían haber visto su lomo sobre la superficie del lago y otros desmentían esa versión.

Hay un punto en común entre los dinosaurios y el Nahuelito: constituyen temas enigmáticos. De los primeros se hallaron esqueletos y huellas que afirman su existencia. En cambio, el Nahuelito ha sido reacio a dejarse ver. Quienes lo han visto no han podido demostrarlo.

Así, de forma clara y divertida fuimos aprendiendo acerca de tipos de dinosaurios mientras observábamos las esculturas a escala real. Una lámina gigante extendida entre los árboles nos mostró las eras geológicas y las especies prehistóricas que vivieron en cada una de ellas.

Tan fácil como andar por el sendero, nuestros hijos incorporaron los comentarios y, a su vez, realizaron preguntas para confirmar lo que habían entendido. Cada tanto un nuevo duende se dejaba ver en algún hueco de los árboles.

Mientras el camino subía y bajaba, fuimos desentrañando los nombres de los dinosaurios que aparecían ante nuestra vista. El sentimiento era de que un mundo real pero aún desconocido se mezclaba con un reino de fantasía. Los chicos saltaban de una figura a la otra.

Al final del recorrido, encontramos un lugar despejado donde conviven varias esculturas de dinosaurios de distintas especies en su tamaño natural. Al verlos a todos juntos tuvimos noción de las diferencias de estructura y tamaños que existieron entre ellos.

Algunos dinosaurios eran habilidosos para correr, con brazos cortos que equilibraban con sus piernas fuertes y veloces. Los carroñeros tenían mandíbula desarrollada y su gran boca abierta mostraba dientes potentes. El de mayor tamaño era la réplica del tiranosaurio rex encontrado en el estado de Montana en Estados Unidos de Norteamérica.

Un tiburón de cuerpo enorme y cabeza chiquita se ubicaba en la laguna para demostrar que existió un mundo acuático prehistórico. Todas las figuras fueron realizadas por profesionales de Villa El Chocón, que aunaron la ciencia con el arte para lograr la reproducción exacta de cada uno.


Mentes brillantes

Gracias a las explicaciones y a las excelentes reproducciones, nos llevamos una idea clara de ese mundo todavía con ciertas incógnitas de los dinosaurios. Nuestros hijos admiraron tanto a los dinosaurios como el mundo de brujas y hadas que se escondían detrás de cada rama de los árboles y que les fueran sugeridos por la guía.

Terminada la caminata, en la confitería seguían inventando cuentos que tenían algo de terror y mucho de fantasía. “Papá, cuando lleguemos a la cabaña me pongo a dibujar lo que vi”, fue la promesa de nuestro hijo más chico.

Autor Mónica Pons Fotografo Eduardo Epifanio

Tipo de tourTipo de tour: Contemplativo
HorarioHorario: Abierto en horario diurno. Visitas guiadas de 45 minutos de duración.
Cómo llegarCómo llegar: Avenida Bustillo kilómetro 24,500, Circuito Chico – Barrio Las Cartas

Ubicación


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